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jueves, 31 de enero de 2013

Rescate Emotivo de una Perrita ciega en la basura


No tenemos que rendirnos ¡¡¡

  1. En una puesta de sol, un amigo nuestro iba caminando por una desierta playa
    mexicana. Mientras andaba empezó a ver que, en la distancia, otro hombre se
    acercaba. A medida que avanzaba, advirtió que era un nativo y que iba
    inclinándose para recoger algo que luego arrojaba al agua. Una y otra vez
    arrojaba con fuerza esas cosas al océano.
    Al aproximarse más, nuestro... amigo observó que el hombre estaba
    recogiendo estrellas de mar que la marea había dejado en la playa y que, una
    por una, volvía a arrojar al agua.
    Intrigado, el paseante se aproximó al hombre para saludarlo:
    —Buenas tardes, amigo. Venía preguntándome qué es lo que hace.
    —Estoy devolviendo estrellas de mar al océano. Ahora la marea está baja y
    ha dejado sobre la playa todas estas estrellas de mar. Si yo no las devuelvo al
    mar se morirán por falta de oxígeno.
    —Ya entiendo —replicó mi amigo—, pero sobre esta playa debe de haber
    miles de estrellas de mar. Son demasiadas, simplemente. Y lo más probable es
    que esto esté sucediendo en centenares de playas a lo largo de esta costa. ¿No se
    da cuenta de que es imposible que lo que usted puede hacer sea de verdad
    importante?
    El nativo sonrió, se inclinó a recoger otra estrella de mar y, mientras volvía
    a arrojarla al mar, contestó:
    —¡Para ésta si que es importante!
    Jack Canfield y Mark V. Hansen"